Única escena que se salva de la soporífera película francesa "17 fois Cécile Cassard" donde Romain Duris y Béatrice Dalle bailan al ritmo de "Pretty killer" del grupo francés Alex Beaupain & les Lily Margot. A veces, no es lo que parece, y casi siempre no parece lo que es.
"17 fois Cécile Cassard" (2002) de Christophe Honoré.
Una gran visionaria la Bruja Avería, protagonista del programa infantil más importante de la televisión española durante 4 años (de 1984 a 1988), llamado "La bola de cristal". Hoy día sería impensable un programa así para niños. ¿Seguimos retrocediendo? Estas son algunas de las frases con las que nos desayunábamos los sábados por la mañana.
"Ergios, pilas y filamentos, la moda no admite miramientos. Al que no lleve sombrero de tres picos, le haré añicos. Ja, ja, ja, qué mala, pero qué mala soy. La moda renueva el mercado y hay que tirar el traje aunque esté poco usado. Gracias a esta tiranía, prospera la economía. El que no lleve sombrero de tres picos acabará en comisaría. Ja, ja, ja."
"Émbolos, fusibles y turbinas, el motor dela historia es la nitroglicerina. Nada hay comparable al estallido de una mina. Por Gimnoto y por Farad, las armas son la esencia de la humanidad. Reóstatos, reóforos y bujías, lo importante es salvar la economía y cuando no hay mercado para los coches y las sandías, hay que producir bombas de artillería."
"Ja, ja, ja. Ergios pilas y electrones, dirijo la Caja de Ahogos y Tensiones y mi deber es quedarme con sus millones. Rellene usted un simple formulario y sus bienes cambiarán de propietario. Le ofrecemos todas las ventajas del sistema bancario: pídanos un crédito y nos quedaremos no sólo con su salario sino incluso con su canario. Ja, ja, ja, ¡Viva el mal! ¡Viva el capital! Ja, ja, ja, qué mala, pero qué mal soy."
"The deer hunter" (1978) de Michael Cimino fue, cuando la vi con 17 años, la película que más me había impresionado de todas las que había visto nunca. Recuerdo perfectamente como si fuera ayer, cómo me quedé completamente inmovilizado en el sofá durante casi una hora después de haber finalizado la película. Tuve que reflexionar sobre lo que acababa de ver. Tardé unos días en darme cuenta de la transcendencia de lo que había visto. Aparentemente era una "película de guerra" que dura tres horas. Pero de esas tres horas sólo 1 hora refleja lo más crudo de la guerra de Vietnam. Las dos horas restantes, son un monumento muy bello a la amistad. El más bello.
He elegido la escena en la que los amigos se corren una de las últimas juergas antes de ir a luchar a Vietnam. Después vendrán los sueños rotos y las vidas truncadas pero también vendrán la solidaridad y la amistad en su sentido más profundo.
La canción que suena es "Can´t take my eyes off you" (1967) escrita por Bob Crewe y Bob Gaudio
Si te llega el amor, déjate llevar, no calcules los pasos, no mercadees los actos, date completamente al placer, deja que tus pies tomen vuelo y disfruta aquí y ahora sin pensar en el allí y el mañana. Sí, ya sé que es muy fácil decirlo, pero os aseguro que merece la pena. Como dice la canción: Nunca supuse encontrarte Nunca supuse enamorarme Nunca supuse que te dejaría besarme tan dulce y suavemente Nunca supuse verte Nunca supuse llamarte
Una de las escenas que más me han conmovido en un cine. La aparición de una acogedora y nocturna Barcelona con "Tajabone" de Ismaël Lô sonando de fondo.
Escena de "Todo sobre mi madre" (1999) de Pedro Almodóvar
Castillo de Chillon en Suiza, al borde del Lago Léman. Muy cerca vivió Lord Byron donde se inspiró para hacer varios de sus poemas más famosos como "El prisionero de Chillon"
Escena cumbre de "Remando al viento" (1987) de Gonzalo Suárez donde Mary Shelley explica a Lord Byron que la criatura que ella ha creado está provocando todas las muertes de sus seres queridos. Homenaje a todos aquellos que no se atan a los convencionalismos, y que se arrancan las etiquetas que la sociedad les pone, y que se salen del camino "recto y lógico". Eso hicieron aquella generación de poetas llamados románticos (una etiqueta más) como Lord Byron, Jhon Keats, Mary Shelley y su marido Percy Bysshe Shelley quienes no dudaron en SER LIBRES.
Wake The Serpent Not By Percy Bysshe Shelley
Wake the serpent not -- lest he Should not know the way to go, -- Let him crawl which yet lies sleeping Through the deep grass of the meadow! Not a bee shall hear him creeping, Not a may-fly shall awaken From its cradling blue-bell shaken, Not the starlight as he's sliding Through the grass with silent gliding.