martes, 27 de octubre de 2009

Deseo y pasión



Cuando surgen el deseo y la pasión es muy difícil reprimirse. Que se lo digan a Juan Ramón que escribió este poema con apenas 19 años, cuando vivía en el Sanatorio del Rosario de Madrid donde intentaba curarse de una depresión con una posología distinta a la que le recetaban los médicos. Acabaron expulsándolo del sanatorio por los innumerables escándalos que protagonizó con las novicias más jóvenes.


CUANDO huía, en un vuelo de tocas trastornada,
de la impetuosa voluntad de mi deseo,
se refugiaba en un rincón, como una gata…
pero sus uñas eran más dulces que mis besos…
se le venía el velo hasta los ojos mágicos;
surgían leves rizos del cortado cabello,
rizos que descubrían un jardín imprevisto,
¡aquellos rizos de oro en los ojos inmensos!
Y en la proximidad ardiente del placer de su carne
Me incendiaba el olor de todos sus secretos,
aquel olor más fuerte para mí…y para ella…
¡que el olor de los lirios y el olor del incienso!

Juan Ramón Jiménez (1911)

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