jueves, 23 de abril de 2009
Cervantes y la libertad
Tal día como hoy de 1616 murieron Cervantes, Shakespeare y Garcilaso de la Vega. Tremenda coincidencia con la que se celebra el día del Libro en todo el mundo.
Cervantes, al que conozco mucho más que al inglés, además de ser un amante de la libertad, fue un hombre muy adelantado a su tiempo. Defensor de las mujeres y de su libertad individual para decidir, en una época en la que la ideología dominante era el machismo. Así se refleja en la historia de la pastora Marcela, quien se defiende de las acusaciones que la culpan de la muerte de Grisóstomo, un pastor enamorado de ella que se acaba suicidando al verse rechazado por Marcela. Ella, la pastora Marcela, se defiende así:
"Hízome el cielo, según vosotros decís, hermosa, y de tal manera que, sin ser poderosos a otra cosa, a que me améis os mueve mi hermosura; y, por el amor que me mostráis, decís, y aun queréis, que esté yo obligada a amaros. Yo conozco, con el natural entendimiento que Dios me ha dado, que todo lo hermoso es amable; mas no alcanzo que, por razón de ser amado, esté obligado lo que es amado por hermoso a amar a quien le ama. Y más, que podría acontecer que el amador de lo hermoso fuese feo, y, siendo lo feo digno de ser aborrecido, cae muy mal el decir "Quiérote por hermosa; hasme de amar aunque sea feo". Pero, puesto caso que corran igualmente las hermosuras, no por eso han de correr iguales los deseos, que no todas hermosuras enamoran; que algunas alegran la vista y no rinden la voluntad; que si todas las bellezas enamorasen y rindiesen, sería un andar las voluntades confusas y descaminadas, sin saber en cuál habían de parar; porque, siendo infinitos los sujetos hermosos, infinitos habían de ser los deseos. Y, según yo he oído decir, el verdadero amor no se divide, y ha de ser voluntario, y no forzoso. Siendo esto así, como yo creo que lo es, ¿por qué queréis que rinda mi voluntad por fuerza, obligada no más de que decís que me queréis bien?..."
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1 comentario:
Hola Max, pues yo conozco más al inglés que a Cervantes ( y siempre nos olvidamos de Garcilaso, gran injusticia...) Sin embargo, cuáta razón tiene la pastora Marcecla, cómo si los sentimientos se pudieran gobernar!!
Felicidades; muy bien elegido el texto.
Besazo!!!!
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